Yo tuve durante mucho tiempo un pedazo de cartón así de grande pegado en el techo, tapando la pv+@ rejilla del aire acondicionado, que más que aire era vendaval.
Mi hermana, que estuvo trabajando unos años en una ciudad de provincias de cierto país centroeuropeo, contaba que sus compañeros de oficina llegaban al trabajo, se quitaban los zapatos, se calzaban unas zapatillas de paño de andar por casa, y no se las quitaban hasta que llegaba la hora de la salida. Y no era por falta de calefacción, que en la calle hacía frío, pero dentro de los edificios se cocían.