Cuéntame... aquellos maravillosos años

[Duir]

Cierto lo de los tejeringos, totalmente escondido en mi memoria. En Córdoba (una de mis recaladas) los cromos eran de niñas porque denominaban así a los dibujitos troquelados que venían en laminas para cortar con temas digamos "femeninos" como muñecas, princesas, animalitos... A los cromos de colección (Vida Salvaje, futbolistas y cosas así) se los denominaba estampitas.

"Pasemisí, pasemisá por la puerta de Alcalá, los de alante corren mucho los de atrás se quedarán"
"Verbena, verbena la casa se te quema por dónde, por dónde por la casa del conde"

¿Y aquello de elegir los equipos echándolo a pasos? o los componentes para policías y ladrones recitando

"Una, dole, tele, catole, quile, quilete,
estaba la reina en su gabinete
vino el gil, abrió un cajón,
barril barrilón, guardia y ladrón"

o el
"Pinto, pinto,
gorgorito,
saca la vaca
de veinticinco.
¿En qué lugar?
En Portugal.
¿En qué calleja?
La Moraleja.
Esconde la mano
que viene la vieja."

Todos ellos con ciertas variantes según las zonas.

[Terisa]

Cierto lo de los tejeringos, totalmente escondido en mi memoria. En Córdoba (una de mis recaladas) los cromos eran de niñas porque denominaban así a los dibujitos troquelados que venían en laminas para cortar con temas digamos "femeninos" como muñecas, princesas, animalitos... A los cromos de colección (Vida Salvaje, futbolistas y cosas así) se los denominaba estampitas.

Para mí lo que tú llamas cromos son estampitas y viceversa. Las estampitas jugábamos a darles la vuelta a base de golpes

[Maldoror]

Lo de los pasos..., ¡qué tiempos!. O al pares o nones, o a los pasos, je, je. Al final quedaba un cascarilla, cuando éramos impares, que iban al equipo más flojo.

Y el juego del pañuelo. Muy bueno, creo que he visto jugarlo a chavales en un pueblo pequeño, o en el cine, no recuerdo bien. Solo se necesitaba un pañuelo y ¡mucha gente", un juego de correr que no siempre gana el más rápido.

¿Se perderán todos esos juegos como lágrimas en la lluvia?. Seguro que están inventariados en algún sitio, estarán escritos en libros y tratados si no todos la mayoría, pero ¿habrá alguna vez niños que los jueguen?, lo dudo.

[Liberyd]

también nos daban pases para oír música clásica (en el cine que no sé si aún funcionará, por Antón Martín)...

Por Antón Martín, debía ser el Monumental (también es teatro), o el Doré. Creo que aún existen los dos; el Doré fijo que sí, porque hace poco pasé por delante y estaba abierto, me parece que es de la Filmoteca Española.

En principio, Liber, pensé como tú, que no, que no olía a amoníaco, en las fábricas de hielo... Pero desde el fondo de mi memoria, recordé que sí, que tiene razón Duir; sí que olía a amoníaco, aunque al rato, no lo percibía uno. Si haces memoria, seguro que coincides.

No sé si olía a amoniaco o no. No lo recuerdo. Ten en cuenta que era muy pequeña, por aquella época en que acompañaba a mis tíos a la fábrica de hielo, yo no podía tener más de tres años, si es que llegaba.

Y por las Correderas, había un despacho de carne de caballo (no era el único), más un despacho de jabón y aceite de oliva

Hasta hace pocos años, en el paseo de Santa María de la Cabeza, cerca ya de la glorieta del Emperador Carlos V, había una tienda en la que vendían tripas para hacer embutidos.

[Duir]

Para mí lo que tú llamas cromos son estampitas y viceversa. Las estampitas jugábamos a darles la vuelta a base de golpes

Yo también los denominaba al revés, pero decir en Córdoba a un chico "vamos a cambiar cromos o vamos a jugar a los cromos" era para que te llamaran mariquita una temporada.

[Terisa]

Yo también los denominaba al revés, pero decir en Córdoba a un chico "vamos a cambiar cromos o vamos a jugar a los cromos" era para que te llamaran mariquita una temporada.

[Liberyd]

Y los chicles Bazooka (los había de chocolate) y eran enormes y luego las chocolatinas Vitacal en el mismo kiosco junto al Capitán Trueno, el Jabato, el Guerrero del Antifaz y los cucuruchos de pipas de papel de periódico y un señor que pasaba con unas piruletas rojas sobre un armazón de madera o el afilador con su carro de una rueda adaptado posteriormente a bicicleta y a moto pero siempre con su flauta de pan.

Jo, no me acuerdo yo de esos chicles Bazooka de chocolate. Los que yo conocía eran de fresa. Pero de los cucuruchos de pipas sí que me acuerdo. Había uno de camino a mi colegio, y al volver a casa a veces una amiga y yo comprábamos una peseta de pipas (entraban muchísimas) y nos las íbamos comiendo por el camino.

Y los afiladores, todavía se ven algunos. No hace ni un año que oí un sábado por la mañana el típico sonido de la flauta de pan, me asomé a la ventana, y allí abajo estaba el afilador.

Lo que sí recuerdo son los vendedores de botijos, y los puestos de melones en la calle.

Y los inolvidables (literalmente) viajes en 600 con cinco o seis de familia y la baca a tope por las interminables estepas durante seis o siete horas con atención a la gasolina, que no había tantas estaciones de servicio, el repuesto de la correa que se rompía cada tantos kilómetros y mucha atención al radiador que gastaban más agua que gasolina

Y tan inolvidables. Tenía yo cuatro años cuando, yendo a Valencia en el 600 de mi tío, se nos pincharon todas las ruedas, incluyendo la de repuesto.

[Liberyd]

Por aquel entonces se llamaba "Viaje a las Estrellas" y la entradilla sonaba así:



Saludos

¡Síii! ¡Eso era! ¡Viaje a las Estrellas!

[Liberyd]

Cierto lo de los tejeringos, totalmente escondido en mi memoria. En Córdoba (una de mis recaladas) los cromos eran de niñas porque denominaban así a los dibujitos troquelados que venían en laminas para cortar con temas digamos "femeninos" como muñecas, princesas, animalitos... A los cromos de colección (Vida Salvaje, futbolistas y cosas así) se los denominaba estampitas.

"Pasemisí, pasemisá por la puerta de Alcalá, los de alante corren mucho los de atrás se quedarán"
"Verbena, verbena la casa se te quema por dónde, por dónde por la casa del conde"

¿Y aquello de elegir los equipos echándolo a pasos? o los componentes para policías y ladrones recitando

"Una, dole, tele, catole, quile, quilete,
estaba la reina en su gabinete
vino el gil, abrió un cajón,
barril barrilón, guardia y ladrón"

o el
"Pinto, pinto,
gorgorito,
saca la vaca
de veinticinco.
¿En qué lugar?
En Portugal.
¿En qué calleja?
La Moraleja.
Esconde la mano
que viene la vieja."

Todos ellos con ciertas variantes según las zonas.

Yo tenía muñecas recortables, con muchos vestiditos de papel. Recuerdo que las vendían en los puestos de pipas y chucherías. También había casas para recortar y montar después. A las canicas y a las chapas, jugaban los chicos. Las chicas jugábamos a la comba y a saltar a la goma, y a rayuela (avión o muñeca), que pintábamos con tiza en el suelo, o con un palo en la tierra.

Y también coleccionaba cromos, que venían con los chicles, o con las chocolatinas, o los Bonis y los Bucaneros.

La variante del "Una, dola" que yo conozco es:

"Una, dola, tela, catola, quila, quilete,
estaba la reina en su gabinete
vino gil, agarró un candil,
candil, candilón,
cuenta las veinte, que las veinte son,
justicia y ladrón"

Y también jugábamos al escondite (normal o inglés), al tula (tú-la-llevas), y a hacer carreras, a ver quién llegaba antes a la esquina (es que más allá de la esquina, no nos dejaban aventurarnos).

[Maldoror]

Uni, doli, treli, catoli
quili, quileta
estando la reina en su silleta
vino el rey y apagó el candil,
candil, candón.
Cuéntalas bien que las veinte son.

(Otra versión).