Faisanes, Duir:
Sabía yo que a vosotros dos os iba a encantar este tema
Faisanes, sí que menciono las neveras, pero en el capítulo de los electrodomésticos. En mi casa no estaba en la cocina, sino en el comedor, justo debajo de la tele. ¿Queréis verlo? Pues ahí va:
Archivo adjunto 2333
Esta soy yo, calculo que hace unos cuarenta y seis años. Y sí que había una fábrica de hielo por mi barrio, pero Duir, yo no recuerdo lo del olor a amoniaco (afortunadamente).
Al lado de mi portal había una lechería, pero no había vacas. Mi madre, que vivió en esa casa desde su infancia, tampoco las recuerda. Era época de escasez y las vacas ni siquiera eran flacas: eran inexistentes. Mi madre dice que en la lechería, a falta de lácteos que vender, era donde cambiaban los tebeos del
Guerrero del antifaz y demás héroes.
En la esquina de la calle donde estaba mi colegio había una pastelería, famosa en el barrio por sus deliciosas ensaimadas. Tenían el horno a pie de calle, y en verano tenían la puerta abierta. A los chiquillos nos encantaba asomarnos a la puerta para ver cómo hacían las ensaimadas y los cruasanes. El olor era simplemente celestial. Creo que nunca he vuelto a oler algo tan sublime como aquello
También en mi misma calle, más o menos enfrente de donde estaba la carbonería, había una churrería y fábrica de patatas fritas. Yo no recuerdo haber visto a los vendedores con los carritos, pero sí los churros, que eran de lazo, ensartados en el junco verde. Y qué ricos estaban.
Yo no me acuerdo de lo del vinagre a granel, pero sí de la colonia (a la que alguna vez también le di un traguito
). Bajabas a la droguería con un frasco y el dependiente medía la colonia con un tubo graduado y te la echaba en el frasco con un embudo. En esa misma droguería era donde cogían los puntos a las medias que se les hacían carreras.
Tampoco recuerdo haber comprado el chocolate a granel, aunque sí la medida de libra, media libra y onza. En casa compraban
La Campana de Elgorriaga, creo recordar que venía envuelto en un papel amarillo.
No me acuerdo de que no hubiera cole los miércoles por la tarde, pero sí de haber ido los sábados por la mañana. Y de los programas infantiles de la tele, había uno que se llamaba
Jardilín, o algo parecido, siendo yo muy pequeña, y también estaban las marionetas de Herta Frankel, la de la perrita Marilyn. Y, por supuesto, los Chiripitifláuticos, con Locomotoro, Valentina, el tío Aquiles, el Capitán Tan, los hermanos Malasombra... Los payasos de la tele, Gabi, Fofó y Miliki, llegaron después.
Y aquellas series de la televisión:
Embrujada,
Bonanza,
El Virginiano... Había una que a mí me daba mucho miedo, creo recordar que se titulaba
Los invasores, que iba de unos malvados extraterrestres que eran como los humanos, y únicamente se les podía distinguir porque tenían el dedo meñique tieso. Ah, y el Super Agente 86, con su zapatófono. Y mi favorita de todos los tiempos,
Star Trek (que entonces me parece que no se llamaba así), con el capitán Kirk y el señor Spock, y sus decorados de cartón piedra.