Iniciado por
Terisa
Yo siento decir una cosa. Salvo libros especiales, como un libro sobre hadas que me regaló una amiga por mi cumple, con preciosas ilustraciones, solapas que se levantan y demás, yo no amo sobar papel, amo la lectura. Precisamente me pillas en un momento que puedo definirlo con total certeza. Acabo de leer un libro de space opera con el que he llorado (oye, que he tenido que tirar de pañuelo en el metro porque iba a ver el concierto de El Cigala y se me podía correr el rimmel), he reído y he terminado con una expresión bobalicona en la cara después de terminar el libro. Me pasó con una edición española en papel de esta misma serie y me ha pasado con este libro en electrónico. No tengo ningún condicionantes pauloviano (que algunas veces leyéndolos es lo que parece) que haga que el pasar el dedo por la celulosa aumente el disfrute del libro. Establezco una relación con el autor, no con el impresor. Y me temo que eso es algo que, si se lo dijeras, te dirían que no es cierto.
Por cierto, olé por tu hermana que, aun no estando predispuesta al cambio, supo aprovecharlo cuando lo tuvo. Hay gente que no es así.