Si bien es cierto que la justicia ordinaria no hace pagar a Pradelle por sus crímenes, la vida se encarga de castigarle. Su esposa le utiliza, lo mismo que él ha utilizado siempre a los demás. Y no consigue salirse con la suya de reconstruir el patrimonio familiar. Lo pierde todo.
Eduard elige voluntariamente no volver con su familia. Se droga porque su situación es insoportable (¿os imagináis tener que vivir sin media cara, por no hablar del dolor físico que debe padecer? No se pregunta de dónde sale el dinero porque es un niño rico que nunca se ha preocupado por ello. El tipo es brillante, siempre lo ha sido, y se le ocurre una idea genial para vengarse del mundo y de todo lo que le ha llevado a su situación actual. Y la lleva adelante sin que le importen los medios ni las consecuencias. Yo también creo que su final es un elaborado suicidio, la culminación de su gran obra.
Albert es débil, pero tiene buenos sentimientos y es capaz de hacer grandes sacrificios por alguien que le importa de veras, pese a que lo pasa fatal durante toda la novela. Al final obtiene su recompensa, pero yo me quedo con la idea de que su conciencia nunca le va a dejar disfrutar de ella.