El origen de esta novela fue un relato de fantasmas que Mary Shelley escribe durante una velada de amigos en la casa de Lord Byron. El primer impulso de su autora —que tenía dieciocho años cuando comenzó esta obra—, fue el de crear una historia aterradora, pero el proceso creativo posterior hizo de esta novela una obra cuyo hilo conductor es la profundización y el estudio del alma humana. Frankenstein o el moderno Prometeo, título completo de la novela, nos desvela los misteriosos secretos del hombre: el hombre suplantando a Dios o el hombre de aspiración divina. Pero al igual que en el mito griego, la osadía de robar y poseer el secreto de los dioses no puede quedar sin castigo. Será entonces su propia creación la encargada de martirizarle, ese buitre que da vueltas sobre su cabeza y no le abandona.