A estos yankis no hay quien les gane:
http://javiermariasblog.wordpress.co...l-mundo-hiere/
A estos yankis no hay quien les gane:
http://javiermariasblog.wordpress.co...l-mundo-hiere/
Hay tres tipos de personas: las que saben contar y las que no
Muy interesante. De todsas formas lo del puritanismo este extraño americano es de coña, bueno para tomarselo a coña porque sino da bastante miedito.
Es la doble moral yanki. No leo La Señora Dalloway porque incita al suicido pero se disparar la nueve milímetros que guardo en el altillo del armario.
Buen artículo, gracias
El vicio de la lectura es ese que te lleva a pensar en lo próximo que leerás cuando apenas vas por la segunda página de un libro.
Estupendo artículo que ya leí en el suplemento de El País del domingo pasado. Por regla general, estoy de acuerdo con Javier Marías en todo lo que escribe, es más, suele poner por escrito mis propios pensamientos con excelentes argumentos (bueno, hay un par de temas en el que, invariablemente, discrepamos: sobre el tema de la prohibición de fumar y sobre las molestias de la semana santa, pero bueno, son temas bastante menores).
Y me ha traído a la memoria el tema de las fichas de las películas. joder, qué antediluviano soy, porque yo las viví de pequeño. Y ocurría exactamente como dice Javier Marías, mientras menos recomendable era la película, más empeño poníamos en colarnos en el cine para verla. Joder, qué tiempos :
A lo que más recuerdan estas prácticas, sin embargo, a los que las conocimos, es a las fichas que colgaban a las puertas de las iglesias durante el eterno franquismo, en las que se advertía a los feligreses de los peligros acechantes en tal o cual película, por mucho que el “permisivo” Gobierno hubiera autorizado su exhibición en las salas. Tras un resumen del argumento, al final se señalaba: “Defectos de forma” (eso significaba que se veía un escote o una mujer en combinación, por ejemplo). “Defectos de fondo” (eso, que había adulterio o conductas “inmorales” entre los personajes). “Ambiente malsano, falta de arrepentimiento, comportamientos licenciosos” y gravedades por el estilo. No hace falta decir que cuantas más líneas para rehuir el pecado, más gente corría a ver la película.
Contra la seducción:
No os dejéis seducir / no hay retorno alguno. / El día está a las puertas, / hay ya viento nocturno / no vendrá otra mañana.
No os dejéis engañar / Con que la vida es poco. / Bebedla a grandes tragos / porque no os bastará / cuando hayáis de perderla.
No os dejéis consolar. / Vuestro tiempo no es mucho. / El lodo, a los podridos. / La vida es lo más grande: / perderla es perder todo.
Bertolt Brecht
Qué buen artículo, y sí que dan miedito estos pacatos algodonosos (me han encantado los adjetivos que les dedica). Porque esta gente no se para en sus pusilanimidades, sino que encima pretenden imponérselas a los demás. Y lo malo es que lo consiguen .
Me había perdido el artículo y es interesante. Gracias Ahorso.
Al final el tema es el de siempre, personas intentando imponer su modo de pensar a otras personas.
No tenía ni idea de lo de las fichas de las películas Maldoror
Yo tampoco recuerdo lo de las fichas de las películas. Claro que yo no iba a la iglesia
Pero sí me acuerdo de los rombos en la televisión y de la clasificación de apta para menores, para todos los públicos, para mayores con reparos, clasificadas S, clasificadas X...
No he encontrado fotos de esas fichas. Solo una referencia en un completo artículo sobre la censura en España, cuya lectura recomiendo:
http://hyperbole.es/2013/04/censura-...reve-historia/
.../...
En 1950 se crea por parte de la Iglesia la “Oficina Nacional Clasificadora de Espectáculos” que tenía como objetivo dar a cada película, una vez estrenada en las salas comerciales, una calificación moral y religiosa con la consiguiente recomendación eclesiástica, siguiendo unos criterios y unas normas que se mantuvieron a lo largo de muchos años.
Películas Clasificadas 1 : Autorizadas para todos, incluso niños.
Películas Clasificadas 2 : Autorizadas para jóvenes.
Películas Clasificadas 3 : Autorizadas para mayores.
Películas Clasificadas 3-R : Para mayores, con reparos.
Películas Clasificadas 4 : Gravemente peligrosas.
En algunos periódicos se negaban a publicitar películas clasificadas 4 y en algunas salas se negaban a exhibirlas, lo que da una idea de la importancia de esta clasificación moral dada por la Iglesia. La hoja parroquial que publicaba esta clasificación llegó a tener una enorme importancia porque era el único material de consulta por parte de la gente de a pie sobre el cine bueno y el cine malo y era ampliamente aceptada. En las catequesis se decía que cualquiera que viera una película clasificada con el número 4, como por ejemplo Gilda o Arroz amargo(Giuseppe de Santis, 1949), aunque fuera un adulto, si era atropellado mortalmente por un automóvil sin haber tenido antes tiempo de confesarse, iba de cabeza al infierno para toda la eternidad. Sin embargo esta clasificación, con el tiempo, lejos de ser una orientación para evitar las películas 3, 3-R y 4, se convirtió justamente en lo contrario y el público buscaba precisamente esas películas para ir a verlas. (1).
Desde el punto de vista de la censura cinematográfica, el año 1951 viene a ser el inicio de la peor época para el cine español a causa del nombramiento de un nuevo gobierno de Franco en el que entra como ministro de Información y Turismo D. Gabriel Arias Salgado, definido por el historiador D. Ricardo de la Cierva como“falangista acérrimo, franquista absoluto, con un concepto restrictivo de la información y de la censura que coincidía con el del propio Franco, con una preocupación encomiable por evitar la condenación eterna de los españoles”. En 1956 en una revista parisina llamada “Apologie de la Censure”, ante las quejas del entrevistador sobre el rigor de su censura llegó a declarar lo siguiente: “Diga usted lo que quiera, pero le voy a hacer una revelación: antes de que implantásemos estas nuevas normas de orientación el noventa por ciento de los españoles iban al infierno. Ahora, gracias a nosotros, sólo se condena el veinticinco por ciento de los españoles”. (9). Seguramente ese veinticinco por ciento se condenaba por pecados que el ministro no podía prevenir. Según el ministro, en unas declaraciones hechas al entonces periodista José María Pemán, “la libertad es la opción entre los bienes posibles, pero excluido el mal”, o sea, el sexo.
.../...
PD.- No he sido capaz de encontrar en internet una reproducción de esas fichas.
Última edición por Maldoror; 11/07/2014 a las 09:51
Contra la seducción:
No os dejéis seducir / no hay retorno alguno. / El día está a las puertas, / hay ya viento nocturno / no vendrá otra mañana.
No os dejéis engañar / Con que la vida es poco. / Bebedla a grandes tragos / porque no os bastará / cuando hayáis de perderla.
No os dejéis consolar. / Vuestro tiempo no es mucho. / El lodo, a los podridos. / La vida es lo más grande: / perderla es perder todo.
Bertolt Brecht
Mi padre tuvo muchos años un cine. Yo era muy pequeño, pero recuerdo a mi padre proyeccionando para el cura solo en la sala.
Y mi padre contaba una anécdota muy graciosa: un amigo suyo, en los primeros albores de la democracia, le dijo, "Ramón, pues no he ido a Baza (un pueblo cercano) a ver una película clasificada con dos eses, y resulta que era una película de nazis...." Él pensaba que si las películas clasificadas "S" eran eróticas, pues las de la "SS" tenían que ser porno total.....
Hay tres tipos de personas: las que saben contar y las que no
Pues están arreglados esos alumnos americanos para cursar estudios de Historia y leer cosas como "Priapeos. Grafitos amatorios pompeyanos. La velada de la fiesta de Venus", que recoge todas las burradas y obscenidades que se les ocurría pintarrajear a los romanos en las calles y burdeles de sus ciudades, por no hablar de las salvajadas de todo tipo que puedes encontrar en "Los doce césares" de Suetonio o los comportamientos licenciosos de Teodora (la esposa del muy ortodoxo emperador Justiniano) descritos con todo lujo de detalles (patos incluidos) en la tronchante "Historia Secreta" de Procopio de Cesarea...
En fin, la moral norteamericana es así... paranoica. Es un país curioso, donde no puedes ponerte en top-less en una playa o filmar un polvo simulado (te lo califican de X) pero en el que no hay problema alguno (desde hace unos días sobre todo) en ir armado por la calle o el colegio con la pistola o el fusil listos para hacer fuego. ¡¡Si había bancos en los que te regalaban un rifle al abrir una cuenta mientras que aquí te regalaban una tablet barata o una sandwichera!!
Por fortuna, aquí estamos vacunados contra todas estas sandeces gracias a muchos años de nacionalcatolicismo. Aunque algunos apuntan maneras...