Cuando un lector se queda "tonto", lo primero que hay que intentar es cargar la batería, enchufando el lector con el cargador a un enchufe de pared (los ordenadores suministran menos potencia y a veces no basta para revivir a estos bichos). Dejarlo varias horas cargando, una noche entera si es preciso, y generalmente con eso la gran mayoría vuelven a la vida.