Acabo de escribir a un amigo. Le agradezco que me "iniciara" en Benedetti. Terminé "Andamios" y en esta obra, además de subrayar citas de terceros, me encontré con este término: Quevachachele. Así, sin bastardilla, entre un punto seguido y otro... Lo tuve por "mío" desde que lo leí.
Vi ayer que lo de la cita, kedada o quedada o como quiera que se llame, se llevó a feliz término. No soy muy amigo de las reuniones de "muchos", por poco tiempo, aunque me habría gustado estar con los que estuvieron. Prefiero las entrevistas, las tertulias, la compañía de uno o dos o tres o cuatro (o seis) amigos que eso, que estar con "muchos" pero, insisto, me habría agradado estar allí. Mas no estoy para esa clase de acontecimientos, por eso no seguí los preparativos y por eso no fui, pero (ya digo) lo siento...
Y, como tengo ya alternativa para mi "repera", pues sólo me resta decir:
¡Quevachachele!