Indignado estoy, así que no hagáis mucho caso de mis palabras.
He leído lo que dijo la rubia presentadora ésa de TVE por las mañanas en el cutreprograma ése respecto a sus dudas de si el alma acompaña a los órganos en sus viajes.
http://elpais.com/elpais/2012/10/24/gente/1351072210_071316.html
Y alucino. Alucino con que esa chica aún esté trabajando ahí. Alucino con que la Organización Nacional de Trasplantes no haya pedido su dimisión. Alucino con que no hayan salido trasplantados a pedir su cabeza.
Y sobretodo, alucino porque estoy seguro de que una gran cantidad de amas de casa se sintieron más tranquilas cuando oyeron a la bobalicona esa diciendo lo que dijo.
Porque es así. Creemos que hay alma. Y lo creemos porque nos lo hacen creer desde que somos pequeños. Y no solo los curas (culpables del 90% de nuestros traumas) sino la cultura bobalicona y sentimental, que a costa de una lágrima sensiblera es capaz de casi todo.
¿Existe el alma?
Preguntarse eso es como preguntarse si existe el capitán Kirk. El alma es un concepto creado por el hombre. Y como concepto, es imposible demostrar su existencia. Ahora bien, sí es posible demostrar su inexistencia pues, como concepto, per se, es inexistente. No sé si me seguís, seguro que sí.
El caso es que el problema no es plantearse la existencia del alma. El problema es poner la zancadilla al trabajo de la Organizacion de Trasplantes con preguntas de niña chica, con música ñoña de fondo.
Si quieres sacarle una lágrima fácil a tu público, rubia, háblale de la operación de la menganita o de lo triste que está fulanito, pero no me toques el alma, que me jodes....
Ya está, ya me he desahogado...
Y luego me preguntan por qué no quiero que mi hijo dé religión... Ains