La casualidad hace que, en muchas ocasiones, encontremos pequeñas joyas que hacen que nuestra existencia obtenga un descanso en la constante sucesion de estimulos de mierda que recibimos de forma machacona en nuestro quehacer diario. Es en esos momentos, cuando uno se desengancha, se aisla del entorno y centra todos sus sentidos en esa pequeña cosa que le hace feliz, le agrada, le entusiasma...
Hará más o menos un mes, ví la película "El secreto de sus ojos"... y me quede maravillado. Darín sigue siendo mucho Darín (esto es un actor y no la panda de capullos de Hollywood), la hermosa Villamil hace que te pierdas en la profundidad de sus ojos y el, para mi, desconocido Francella hizo del drama una cosa tierna e ironica. Pero mi gran sorpresa llegó al final cuando, aún obnubilado por la historia, descubro que esa historia está plasmada en papel. Y era necesario leerla, disfrutarla letra a letra, línea a línea... Y así ha sido.
La prosa de Sacheri, en muchas ocasiones, se vuelve poesía. Se disfruta, se siente, se agradece. Hacía mucho, mucho tiempo, que al acabar un libro no sentía miedo... miedo por llegar a la última página y sentir que algo de mí se perdía después de llegar al último punto. A la última hoja en blanco.
El libro nos narra un asesinato, la búsqueda de un asesino y como ésto afecta a la vida de los personajes protagonistas: Chaparro y Morales. Pero también es la historia del amor vista desde varias perspectivas, una visita a la soledad en su máxima crudeza (en su máxima resignación), un repaso a lo que la amistad nos obliga y, sobre todo, un cuento de venganza, odio e injusticia... Y todo en sólo 180 páginas. ¡¡¡Pero que 180 páginas, Dios mío!!!
No me extiendo más, sólo una indicación: la película y la novela narran la misma historia, pero podrían no serlo. Difieren en casi todo (incluso el apellido del protagonista), menos en la esencia: desarrollos de los personajes diferentes, situaciones distintas, resoluciones contrapuestas... pero sigue manteniéndose la esencia. Las dos son dos auténticas joyas imprescindibles, de las que se disfruta desde el primero hasta el último segundo.
PD: El libro tiene ese acento y esos modismos argentinos que tanto me gustan, que tanto disfruto. Para cierta gente pueden ser un cierto problema, pero espero que no desanimen a nadie en el momento de afrontar la primera página