En España creo que la mayoría son muy carcas, lo digo porque, aunque vivo en Terrassa, viajo en tren y metro (ahora no tanto) hacia (y en) Barcelona y todavía no he visto una sola persona que use un libro electrónico. Hasta ahora, siempre he sido el único que usa un e-reader en el vagón que estoy.
¿Es un amor (absurdo) por el papel o ignorancia?
No entiendo que con lo que se habla últimamente de los e-readers, la rebaja en sus precios y la amplia oferta de ellos, la gente siga prefiriendo cargar con los tochos en papel!