¡Pues anda que no hay bien de maltas/bourbon whiskies allí!
Entiendo que incluso comentar una prueba tan ciertamente estúpida y carente de toda finalidad y sistemática seria (empezando por el número de participantes en la encuesta o test), es dar pábulo a una imbecilidad que se le ocurrió vete a saber a quién y para qué fines.
Ya comparar al augusto Kindle con el iPad, nos puede indicar por dónde van los tiros sobre la intencionalidad de esa tonta prueba que, incomprensiblemente (o no tanto), llegó a divulgarse. Y que alguno o algunos dijeran que leer en no sé si el Kindle o el iPad les recordaba al trabajo, pues ya es para tirarse al suelo de la risa. Quizás el iPad, por su peso y su pantalla LCD, pero el Kindle, para que a alguien le recuerde su curro, pues ya tiene o tendría que ser rarito, retorcido, sí.