Los "libros electrónicos" se venderán como churros estas navidades. La revolución de la tinta electrónica busca su velocidad de crucero, "pero pilla a las editoriales en mantillas". Lo dice Ignacio Latasa (Pamplona, 1969), pionero en la venta de estos dispositivos de lectura y director de Leer-e. Aunque escasean los títulos digitales, con Google y otros gigantes de la red en la brecha, la eclosión será brutal.
Latasa ha espabilado y además de vender los e-lectores, es editor electrónico.
"En 2007 vendimos 300 dispositivos y este año esperamos acercarnos a los 10.000. Es un estadio primario, pero la implantación del libro electrónico es imparable. Serán productos estrella estas navidades", asegura Latasa. "La producción a escala a mundial está en marcha y la clave está en que fabricantes y editores se alíen, como ocurrió con los móviles, y patrocinen el aparato", propone. Sólo entre Sony y Amazon colocarán en el mercado más de tres millones de aparatos este año. En 2012 habrá 18 millones en todo el mundo y rozarán los 80 millones en menos de una década.
A cinco euros
La escasez de títulos en formato digital se debe, según Latasa, a que "a las editoriales convencionales les pilla con el pie cambiado. Tienen muchas cosas que configurar: negociación de derechos, plazos, formatos, formas de venta.". Latasa ha entrado en el mercado de contenidos de la mano de de la "súper agente" Carmen Balcells. "Ella tenía clarísimo que el futuro de la edición es digital y se subió a la ola". Ofrecen a 5 euros 120 títulos de autores como Delibes, Goytisolo, Marsé, Mendoza, Vargas Llosa, García Márquez, Bryce Echenique, Cela, Vázquez Montalbán, Cortázar, Sampedro o Terenci Moix.
Prevé Latasa que el libro digital repetirá el patrón de la música en internet, incluida "la inevitable piratería". "Debemos aprender la lección y no cerrar los ojos. La industria del reproductor ha corrido más que la de los contenidos, como pasó con la música. Los fabricantes de mp3 hablaron con las discográficas antes de invadir el mercado. No les hicieron caso y se montó la que se montó", recuerda. "Un libro digital pesa mucho menos que una canción o una foto y los piratas no darán tregua", advierte.
Cree este pionero del e-reader que el libro y la tinta electrónica convivirán, aunque algunos formatos de papel "desaparecerán bastante rápido". "En los libros espectaculares, de lujo, el papel es insuperable. Pero lo que no aporte nada, el libro de bolsillo que sólo busca vender más barato y en masa, lo tendrá crudo".
Como todos los expertos, cree que la tinta electrónica provocará un big-band en la edición académica y educativa, y que pronto los libros de texto en papel serán historia. Los periódicos también cambiarán con en estos aparatos para los que hay ediciones específicas. "Diario de Navarra fue el primero -hace un año que damos soporte- y otro diario nacional acaba de empezar asociado con Kindlde".
Ya no es una rareza ver a alguien en el metro con un libro electrónico. "Son verdaderas bibliotecas portátiles, capaces de "tragarse" miles de títulos", apunta Latasa. Pesan 200 gramos frente al kilo de los ordenadores más ligeros. No cansan la vista y las pilas duran meses, en lugar de las 7 horas de los PC más caros. "La pantalla del ordenador emite luz y la tinta electrónica no. Ni agreden ni cansan la vista. La experiencia de lectura es muy próxima al papel. Podemos cambiar el tipo y el tamaño de la letra", explica Latasa. La capacidad de almacenamiento varía de los 500 a 1.500 títulos, aunque "lo razonable se sitúa entre 20 ó 50 títulos".