Estoy sufriendo un curioso fenómeno de lectura.

Comencé leyendo libros de aventuras, sobre todo de Verne. De ahí salté a todo lo que cayera en mis manos. En la adolescencia, me decanté definitivamente por la ciencia ficción y la fantasía. Después pasé a la novela histórica, los grandes clásicos y "elevé" el tono y temática de mis lecturas, buscando joyas de la literatura. Libros de los que aprender y admirar.

Y ahora, a los cuarenta (pasaditos), me doy cuenta de que disfruto como un niño con best-sellers, librillos de rol y aventuras ligeras, entretenimientos puros. Confieso, incluso, que a veces me da vergüenza comentar qué libro leo, porque son títulos de quinceañero.

¿Sufro una regresión? ¿Empiezo a estar de vuelta? ¿Se me habrá llenado el cerebro y no me cabe más? ¿Puedo comer carbohidratos después de las 5?