Vuelvo a insistir en éste que todos conocemos y pocos hemos leído. Creo que merece la pena y puede provocar una jugosa discusión a la hora de compararlo, cómo no, con su antecesor.
Imagino, en todo caso, que es un libro que más tarde o más temprano, leeremos todos aquéllos a los que nos encantó Matar (a) un ruiseñor. Yo lo terminé hace unas semanas y aprovecharía para leer Matar a un ruiseñor desde la óptica que da el nuevo libro.
Tras la obra maestra ganadora del Premio Pulitzer Matar a un ruiseñor,Harper Lee nos sorprende con Ve y pon un centinela, una nueva mirada sobre el clásico.
Maycomb, Alabama. A los veintiséis años Jean Louise Finch, Scout, vuelve a casa desde Nueva York para visitar a su padre, Atticus. Con el trasfondo de la lucha por los derechos civiles y los disturbios políticos que estaban convulsionando el Sur, el regreso de Jean Louise a casa se torna agridulce. El descubrimiento de perturbadoras verdades sobre su familia, la ciudad y las personas que más quiere, unido a los recuerdos de su infancia, va a hacer que se cuestione todos sus valores. Ve y pon un centinela capta a la perfección la dolorosa transición vital de una joven que deja atrás las ilusiones del pasado en un viaje que únicamente puede ser guiado por la propia conciencia.
Escrito a mediados de los años cincuenta, Ve y pon un centinela nos ayuda a entender y apreciar a Harper Lee en toda su intensidad. Una novela inolvidable de sabiduría, humanidad, pasión, humor y espontánea precisión, una obra de arte hondamente emotiva que evoca de una forma maravillosa otra época, que nace siendo un clásico y, como tal, tiene plena vigencia.