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Antes de comenzar, creo justo comentar que con este modelo ha surgido una polémica bastante fuerte en torno a sus prestaciones y sospechas, desmentidas por Grammata, de que puedan haber habido cambios en los componentes de este lector con posterioridad a la publicación de este análisis. Quiero aclarar que este análisis está fundamentado exclusivamente en el aparato de muestra que Grammata envió a esta web para su confección. Así mismo, aconsejo ENCARECIDAMENTE a quienes lean este reportaje que no se queden solamente en él y que lean también las páginas siguientes donde diferentes usuarios de este modelo dan su opinión y cuentan su experiencia.
Grammata se convirtió hace unos años en una marca referente en España en el mundillo de los lectores electrónicos, unos pioneros que supieron dar con un muy buen aparato muy alabado y apreciado entre el público como fue el magnífico Papyre 6. Hoy tenemos en nuestras manos el último modelo de Grammata, el Papyre 630, con unas características acordes a la actual generación. Sin más preámbulos, veamos lo que nos ofrece este lector.
Características técnicas
- Peso: 210 gr (incluida batería)
- Dimensiones: 170 x 110 x 0,95 milímetros
- Pantalla: 6", táctil capacitiva. Resolución de 1024 x 758 px. Iluminada.
- Almacenamiento interno: 4 GB. Admite Tarjeta microSD/SDHC de hasta 32 GB
- Conectividad: Lector de tarjeta microSD. Puerto USB (micro). WiFi b/g/n
- CPU: RK2818 a 600 Mhz
- Batería: Li-Polymer 1.500 mAh
- Compatibilidad: Windows, Mac y Linux
- Formatos: TXT, PDF, EPUB, PDB, FB2, RTF, MOBI DRM, Adobe Digital Editions. Imagen: Jpg, Png, Bmp, Gif
- Idiomas: Multilingüe
Embalaje y contenido
Aunque no resulta difícil encontrar Papyres en puntos de venta físicos, también es posible comprarlos directamente en la web de Grammata. Si optamos por esta última opción, será MRW quien se encargue de hacernos llegar nuestra compra. El lector llegó en la típica bolsa antiradiación solar.
Dentro, la caja del lector venía envuelta en una tira de burbujas de aire.
Este refuerzo extra no viene mal, pues aunque la caja del lector no es endeble, tampoco se antoja inmune a un maltrato accidental durante el transporte. La caja viene envuelta en una bolsa de plástico.
En el interior, una hoja con una descripción muy básica del aparato.
y debajo, una capa de espuma y otras dos hojas con el funcionamiento elemental del aparato y la garantía
Finalmente, el lector encajado en un lecho de espuma y el cable USB de datos y para carga.
Como podemos ver, el contenido es minimalista, tenemos lo imprescindible para empezar a leer sin más complicaciones y absolutamente nada más. Sí que se echa de menos un adaptador para enchufar el cable USB a la red eléctrica de la casa, aunque siempre podremos recargar la batería enchufándo el lector a un ordenador. En cualquier caso si tenemos por casa un cargador estándar de teléfono móvil, lo podremos usar.