Del navegador qué vamos a decir. Tiene la lentitud propia de la tinta electrónica y el problema añadido del color y del tamaño de pantalla. Cumple su función sin cuelgues ni problemas, pero las limitaciones técnicas no achacables al aparato en sí, sino a la tecnología e-ink, evidentemente están ahí. Puede sacarnos de un apuro en un momento dado si queremos consultar el correo electrónico o hacer con él un uso puntual, pero fuera de eso, no tiene mayor utilidad.
Tampoco he encontrado opción alguna para, a través de wifi, transferir archivos a la memoria del lector. No he probado a comprar en tienda de Grammata ningún libro. Ignoro si se pueden comprar y transferir directamente desde el lector sin recurrir, pero lo dudo, ya que no se menciona nada al respecto en las instrucciones.
Otro apartado del menú es el explorador. Realmente hace casi lo mismo que el menú biblioteca. En Biblioteca también se muestran las carpetas y subcarpetas, si es que hemos decidido organizar así nuestro nuestros libros, así que no vemos mucha ventaja en usar uno u otro, pero bueno, es algo que ahí está.
El siguiente apartado son las opciones de configuración. No trae muchas, principalmente el idioma (inglés o español para el menú), y una cosa que a mí particularmente me ha gustado mucho, qué programa queremos utilizar para leer los libros, si el Adobe reader o el FBreader, ya que los dos vienen incorporados de serie. El Adobe evidentemente no podía faltar, por cuestiones de DRM, pero se agradece la inclusión de un Coolreader o, como en este caso, un FBreader.