Pues a mí, la última me jodió bastante. La verdad es que no me lo esperaba. Ya se me habían muerto otras mascotas, otros perros. Al año pillé la que tengo ahora y me recordaba a la anterior. Y sí que la he echado de menos, aunque ahora ya apenas.
Creo que con los años nos volvemos más sentimentales (más empáticos) en muchos aspectos.