En calidad de Afiliado de Amazon, obtengo ingresos por las compras adscritas que cumplen los requisitos aplicables
Resultados 1 al 10 de 43

Tema: Antigua Vamurta - Saga Completa

Vista híbrida

Mensaje anterior Mensaje anterior   Próximo mensaje Próximo mensaje
  1. #1
    Habitual en el foro Avatar de Igor
    Fecha de ingreso
    19 may, 12
    Ubicación
    Barcelona
    Mensajes
    93

    Predeterminado Re: Antigua Vamurta - Saga Completa



    Hace un año que publiqué Antigua Vamurta (la saga completa), así que para celebrarlo he cambiado, todavía no sé si definitivamente, la portada. La razón es que la primera portada tiene un aire dulce que no concuerda con el contenido de esta novela fantástica. Vamurta es un libro de guerra, amor y esperanzas. Una novela épica que retrata un mundo duro, realista. Quizá la primera portada, que muchos conocéis, parezca demasiado la carátula de una novela juvenil.

    Así, he optado por diseñar una portada más austera y a la vez simbólica. Sencilla, ya que carezco de herramientas para hacer algo sofisticado. Además, aprovecho para seguir la línea de las portadas que estoy haciendo en “Guerras de Antigua Vamurta”, que no es más que dividir la saga en seis libros de cien y pico páginas para que puedan ser descargados como ebooks en los formatos que está usando casi todo el mundo (epub, pdf, mobi, kindle, etc).

    En la versión de papel, que claro está, se está vendiendo mal al lado del ebook, mantengo la portada antigua por pura vagancia.
    Puede que no sea éste un cambio definitivo y de momento solo será para Amazon. Si alguno quiere opinar, genial. No estoy seguro de lo que he hecho y cambiar la portada, otra vez, por la primera versión es cosa de cinco minutos. Incluso se podría hacer otra, con tiempo.

  2. #2
    Habitual en el foro Avatar de Igor
    Fecha de ingreso
    19 may, 12
    Ubicación
    Barcelona
    Mensajes
    93

    Predeterminado Re: Antigua Vamurta - Saga Completa

    Además de esta novela de 800 páginas, Antigua Vamurta - Saga Completa, de la trama cuelgan una serie de cuentos no incluidos en el libro. En estos próximos días voy a publicar aquí tres de ellos, dos cortos y uno largo.

    EL CANTO DE ULAM (1º PARTE)



    —Ulam… Ulam, ¡despiértate! —dijo su padre.
    Hasta por la mañana hacía calor ese verano. Oyó el revuelo de las gallinas cuando el viejo cruzó el comedor, en el que también dormían. La luz entraba limpia, muy clara, por la puerta que el hombre había dejado abierta al salir. Ulam bostezó y saltó del camastro, dispuesta a devorar el pan con aceite que le había dejado sobre la mesa. Dio un manotazo a una de esas gallinas atrevidas que había osado acercarse a su desayuno y con la camisola se secó el sudor de la noche. Cuando acabó la comida, salió al patio trasero para saber qué podía esperar de aquel nuevo día. Allí estaba, solo, sentado sobre una gran raíz, arreglando uno de los lazos que de vez en cuando les proporcionaban una sabrosa perdiz de bosque.
    —Buenos días —saludó con voz soñolienta.
    —Hija, hoy hay que ir al bosque. Casi no nos quedan hierbas.
    Era verdad, en la despensa de la casa los ramos de plantas medicinales había ido desapareciendo, vendidos junto a los huevos y la caza en el mercado de Verdela. Debía volver al bosque a por más. Ulam no se quejó. A sus ocho años bien sabía que sin las monedas del mercado no había bocado en su casa. Y ella era hija única, desde que un mal parto se había llevado junto al dios Onar, a su hermano y a su madre, a la que no conseguía recordar.
    —¿Podré jugar?
    —¿En el bosque? No. Ya sabes lo que se cuenta. —Su padre guardó silencio, sus enormes manos intentaban cerrar un nudo de cuerdas delgadas—. Ya jugarás cuando vuelvas. Y acuérdate de la comida.

    Ulam volvió a la choza y se calzó sus duras alpargatas. Había que partir pronto, pensó, pues el calor del mediodía no le gustaba. Cogió su flautín y se despidió de su padre. Atrás quedaron las casas del pueblo, muchas abiertas para dejar pasar el poco aire de aquel verano. Siguió el camino del sur, estrecho y polvoriento. Atrás dejaba su pequeña aldea de casitas de piedra y cal, aplastadas las unas contra las otras, como un rebaño de ovejas. Casas de payeses y humildes artesanos del corcho y del vidrio organizados alrededor de la plazoleta del pueblo, donde sobre la arena se levantaba un sencillo altar a Sira, quien velaba por la bondad de las cosechas.
    A su izquierda veía los naranjos cargados de fruta, y a la derecha del camino, los campos de trigo, a punto para la siega. Ulam se sentía feliz aquella mañana, para ella el bosque era un laberinto en el que a cada recodo podía hallar un pequeño tesoro. Luego, cuando hubiera recogido suficiente artemisia, hinojo, salvia y con suerte algunos tallos de lavanda, podría volver y preparar la comida. Cuando llegara la tarde, por fin, saldría a buscar a sus amigos para ir a la orilla del río, allí donde los baños alejaban por un tiempo el verano.

    Ulam podía oler el bosque, que se extendía hasta donde no llegaba su vista, hacia el sur y hacia el norte, en territorio murriano. Un enorme bosque de pino y encinas, de matojos duros y suaves lomas de laderas gastadas, que hacían que la arboleda pareciese, vista desde lejos, un mar dormido.
    Entró en él, empezando a recorrer sus cámaras invisibles a la búsqueda de hinojo. Al abrigo de las encinas, el sol era clemente. Brisas surgidas de la nada recorrían su húmeda piel gris, refrescándola. Anduvo de aquí a allí, dando tumbos, pendiente de entrever las llamas lilas y amarillas de las flores sobre el manto aguado de los matorrales. Cerca de un pino viejo, consiguió un ramillete de artemisia, pero aquel día la suerte le era esquiva. A media mañana, con el sol alto filtrándose entre los ropajes de los árboles, apenas había reunido unos pocos tallos. Se había aventurado lejos de los confines de la fronda y no sabía exactamente dónde se hallaba, aunque resultaba claro cómo volver a casa, siguiendo el camino opuesto al sol. Cansada de tanto andar, se sentó sobre una roca que irrumpía desnuda desde el suelo. Miró a su alrededor, dejando vagar su mirada entre ese ejército mudo de troncos rectos y brazos abiertos de un verde oliváceo. Acercó el flautín a sus labios, mojando un poco su madera seca. Las primeras notas se elevaron suaves entre las hojas, perdiéndose en el corazón del bosque. Tocó, hizo que la caña de su flauta vibrara con dulzura, tocó, enlazando las melodías que se sucedían unas detrás de otras hasta que el tiempo desapareció a su alrededor.

    El sol del mediodía alcanzó su cenit. Se dio cuenta, al abrir los ojos, que volvía a sudar. Dejó su pequeño instrumento apoyado en la roca y levantó la cabeza. La miraban entre las encinas que tenía enfrente. Ulam se incorporó de golpe y agarró su flautín como si de una daga se tratara. ¿Qué eran? Antes de que sus piernas empezaran a alejarla de allí sonaron, alegres, las notas de otra flauta. No sabía qué hacer. Se disolvió aquella melodía y de entre aquel grupo brotó un nuevo cántico, y otro lo siguió a continuación. Veía, ante ella, una hilera de seres, de animales cubiertos con túnicas de color tierra y collares de cuero de diferentes gruesos como único atavío. Animales de piernas parecidas a las de los hombres, erguidas. Debía salir corriendo pero la curiosidad la retenía. Sus cabezas eran en algo similares a los cráneos de las gacelas meridionales, pero prácticamente carecían de pelo y sus labios eran finos y sonrosados. Se apagaron las flautas y, aún de pie, sin entender muy bien el motivo, Ulam respondió con su flautín. Mientras su música discurría suave como un riachuelo, aquellos parecían escucharla, fascinados. ¿O se lo imaginaba así?
    Cuando calló, los otros guardaron silencio hasta que uno de ellos la replicó, rompiendo la tensión repentina que sintió Ulam. Los observó un poco más, dándose cuenta de que en algo recordaban a los murrianos que alguna vez había visto pasar cerca de su pueblo, en la frontera. Manos de tres dedos muy anchos, duros, cuerpos alargados y estrechos, unos pocos mechones de cabello negro cayendo hacia atrás, la frente alta. No parecían agresivos ni Ulam vio arma alguna, quizás fueran aquellos de los que se hablaba en la plaza del pueblo, en las noches de verano, cuando los vecinos se reúnen y beben naranjadas para ahuyentar el bochorno … Tras unas breves réplicas, Ulam recordó a su padre y todas las plantas que no había recogido. Hizo un gesto rápido con la mano a modo de despedida y volvió sobre sus pasos, casi corriendo. ¿Los volvería a ver? Nadie parecía seguirla, a sus espaldas le llegaba el tenue murmullo del calor en el follaje. Su cabeza hervía con tantas preguntas, estaba tan excitada que casi no se dio cuenta que ya había salido del cobijo de la arboleda.

    Al llegar a casa juró no decir palabra a nadie, ¿quién la creería?, y menos a su padre, que no la entendería y del susto no la dejaría volver a aquella floresta nunca más. Quizás ahora hubiera encontrado unos que amaban la música como ella, y con quienes no necesitaba hablar. Antes de cruzar la puerta de su casa se preguntó si los seres del bosque sabrían utilizar las palabras. Incluso se preguntó si lo que acababa de vivir no lo habría imaginado. Bebió el agua fresca del cántaro y puso patatas y calabacines a hervir. Pronto llegaría su padre del huerto, y llegaría hambriento.

    (FIN PRIMERA PARTE)

  3. #3
    Habitual en el foro Avatar de Igor
    Fecha de ingreso
    19 may, 12
    Ubicación
    Barcelona
    Mensajes
    93

    Predeterminado Re: Antigua Vamurta - Saga Completa

    Segunda Parte y Fin


    Días después se aventuró, de nuevo, entre los árboles. Tras recoger un buen puñado de tomillo, se adentró. ¿Cómo volvería a encontrarlos? Tuvo una ocurrencia, era la única forma. Hizo sonar su flautín mientras iba avanzando, sorteando zarzas y matorrales. Pronto, oyó a lo lejos unas notas que respondían a sus señales. Había una alegría, un latir, en esa música. Ulam tocó y tocó hasta que las melodías se fueron enlazando entre los árboles y el cielo. De pronto los vio. Se volvió a asustar al ver aquellas cabezas de gacela tan cerca, pero la música hizo que su miedo se fuera disipando.
    A ese hallarse siguieron otros, en los que Ulam aprendió a confiar en ellos. A veces eran tres o cuatro, a veces más, hasta diez contó un día. Ya no tocaban separados, se sentaban en círculos, aceptando a la niña, y en ocasiones hacían resonar flautines y flautas junto a pequeños tambores, quebrando el silencio agostado del bosque. Cuando Ulam tocaba, los hombres gacela parecían atender, mirándola con sus ojos de agua negra y sus hocicos derechos, hasta que uno repetía las notas y el siguiente las volvía a repetir introduciendo variaciones, marcando un timbre o alargando un pasaje, hasta que el canto de Ulam se transformaba en la voz de muchos, que era la voz de los montes y claros, de los campos al amanecer, del río que murmura en las noches junto al soplo de la brisa que discurre sobre las llanuras.
    Su vida continuó con su secreto, aunque a muchos en su pueblo les extrañó que aquella chiquilla de trenzas apelmazadas hubiera aprendido tanto en el intrincado arte de la música.

    Ulam jamás olvidaría el último encuentro. Aunque a medida que pasaron otros inviernos, más le parecía todo aquello que vivó algo al filo de la irrealidad, donde sus recuerdos se funden con los sueños y con un tiempo desaparecido. Fue a principios de aquel otoño, cuando los campos de trigo habían sido segados y faltaban pocos días para las fiestas que despiden los vientos cálidos del sureste y abren la ventana a los del norte. Ulam, como otras veces, había encontrado sus extraños amigos haciendo sonar su flautín, pero aquella vez le había costado mucho tiempo obtener una respuesta, así que tuvo que adentrarse en la espesura, hasta lugares que pocas veces frecuentaba.
    Al encontrarlos, Ulam se sorprendió que aquella vez fueran tantos. Doce contó, sentados en la huella de lo que había sido una antigua laguna, escondidos de una mirada fortuita. Dejaron sitio a la niña gris, quien no había dejado de emitir breves juegos de notas. Cuando se sentó entre ellos, las respuestas se aceleraron y Ulam tuvo que hacer un gran esfuerzo para seguirlas, cada vez más rápidas, hasta que los trece instrumentos sonaron al unísono, como si iniciaran un rito ancestral y las melodías fueran invocaciones a lo que existe más allá del mundo visible, en algún lugar y en todos, sobre la piel en la que palpita una música inaudible. Ulam se estremecía, sin poder dejar que sus dedos saltarines bajaran y subieran sobre el suave tacto de la madera, sintiéndose ida, tocada por algo que no entendía, una circunferencia que giraba a su alrededor, que la separaba del mundo hasta hacerla comprender cosas que jamás hubiera pensado, viendo brillar en su ceguera rutas, luces, conexiones sin equivalentes, sintiendo que se alejaba de su propio cuerpo y empezaba a flotar en ese espacio de frontera en que las copas de los árboles se enroscan con el azul del cielo, y más allá…

    Cuando despertó, era casi de noche. Al principio ni se dio cuenta de dónde estaba, ni tan siquiera se acordaba de sí misma. Había dormido sobre el suelo, protegida por un manto de flores, que al incorporarse se marchitaron, desvaneciéndose. ¡Ahora recordaba! Su padre ya la estaría buscando, acompañado de todos sus vecinos y los ruidosos perros de caza. Su corazón se asustó. ¿Qué les podría decir? Se levantó y empezó a andar deprisa hacia su casa. Por un momento sintió ira hacia sus amigos del bosque que la habían entretenido el tiempo que tarda el sol en cruzar el cielo. Si caía la noche se extraviaría y no sabría volver. Corrió entre las penumbras sin pensar en nada más que no fuera llegar lo más pronto posible a su pequeño hogar. La impaciencia la impulsaba, la hacía ser veloz, sorteando la masa de árboles que a momentos parecía cerrarse sobre ella, como si quisieran absorberla.

    Tras una marcha que le pareció interminable, Ulam salió de la arboleda para alcanzar la senda del sur. El aire olía a grano quemando, a humo, a madera chamuscada. Inició, rápida, la ascensión del camino para llegar a la parte alta donde vería los campos sembrados y, en lontananza, los cubiles abigarrados de su aldea. Al llegar arriba divisó su pueblo en llamas, llamas que ascendían hacia el añil oscuro que antecede al crepúsculo. Jadeando, llegó hasta su casa, que era una pira centellante entre los muchos fuegos. Buscó y buscó sin encontrar a nadie. Incluso los pozos de los silos ardían, convertidos en enormes braseros a ras de suelo. Vio flechas y lanzas partidas por el suelo, clavadas en alguna pared que se había salvado del incendio, pero ni rastro de los suyos. Olor a muerte, silencio. Ninguna pista de su padre, nada. Los murrianos habían golpeado y desaparecido.
    Ulam, presa de una infinita desorientación, volvió cerca de su choza. Allí se sentó sobre los hierbajos y empezó a tocar, sin importarle el tiempo, sin importarle lo que hacía. Lo que siguió, apenas lo recordaría. El tintineo de múltiples aceros en la noche, las voces graves de los hombres atraídos por la música de los ángeles. El destello de las llamas sobre las corazas de aquellos hombres grises que la contemplaban como a un milagro.
    —¿Por qué la habrán perdonado? –preguntó una de las sombras.
    Un hombre muy joven, derecho frente a ella, con furia y asombro en su mirada, marcaría su destino.
    —Llevadla a Palacio, a Vamurta. Alguien así debe estar protegida, a salvo. Llevadla junto a Ermesenda, mi madre.

  4. #4
    Habitual en el foro Avatar de Igor
    Fecha de ingreso
    19 may, 12
    Ubicación
    Barcelona
    Mensajes
    93

    Predeterminado Re: Antigua Vamurta - Saga Completa

    Nombre:  13623687934_de38bc3035_z.jpg
Visitas: 72
Tamaño: 77.9 KB


    Efectivamente, estos cacharros diabólicos (ipads, iphones y tablets) aceptan los formatos en los que estoy editando Guerras de Antigua Vamurta. Llega la tercera entrega. Ésta de pago. La próxima será para descargar gratis, como la 1 y la 2. Y siempre estará disponible Antigua Vamurta (Saga Completa), la historia completa en papel y en kindle, epub, pdf, mobi, etc., como ebook.

    https://www.smashwords.com/books/view/419179

    Guerras de Antigua Vamurta (3) narra el periplo de un puñado de personajes por las nuevas tierras, enfrentados a su destino. Algunos emigrarán, ensanchando los escenarios del orbe de Vamurta hasta sus confines, hasta bosques mal explorados, ciudades de frontera y grandes lagos sobre los que ninguna de las distintas razas que dominan el mundo conocido no ha conseguido clavar una bandera. En Guerras de Antigua Vamurta 3 se cierra la primera parte de la odisea de Serlan De Enroc, Sara, Álvaro Telan, Leandra y Dasteo. Surgen nuevos personajes y nuevos horizontes para dar paso a la segunda parte de la saga.

    El próximo mes de mayo publicaré Guerras de Antigua Vamurta 4, que ya pertenece a la segunda parte del libro.

  5. #5
    Habitual en el foro Avatar de Igor
    Fecha de ingreso
    19 may, 12
    Ubicación
    Barcelona
    Mensajes
    93

    Predeterminado Re: Antigua Vamurta - Saga Completa

    Cuando la odisea parece estar llegando a su fin, cerca de los grandes y misteriosos lagos que son frontera entre sufones, grises, vesclanos y hombres rojos, el camino de los héroes de Vamurta se abre hacia nuevos senderos. En esta novela de fantasía épica, Antigua Vamurta, lo reinvento todo para no cambiar nada. Eso sí, quedan en sus páginas otros aromas, a lo mejor son los de siempre: la aventura, el esfuerzo y la lucha de un puñado de seres lejos de sus hogares, el amor y la venganza como fuerzas vitales. En los Lagos, las distintas civilizaciones han sido incapaces de dominar sus aguas, acaso atemorizadas por las antiguas leyendas que rodean todo lo que tiene que ver con este profundo abismo sobre la tierra.


    «Volvieron al salón donde ardía aquella gigantesca fogata. El viejo preguntó por Sara, por su familia. Aquel patricio había perdido mujer e hijos hacía muchos años, durante el naufragio de una de sus naos de tres palos que hacía la ruta entre Vamurta y las colonias. Desde entonces, había recorrido mundo. No, no había intentado fundar un nuevo hogar. Había visitado las ciudades zigurat de los sufones y las ciudades fortificadas de los vesclanos. También había conocido tribus de pescadores que prosperaban en las costas, al sur de las colonias, y había visto las tierras de los hombres rojos.
    —Orgullosos, salvajes y obcecados. Muy capaces de cumplir con la palabra dada, un don que los grises hemos perdido —dijo de ellos.
    Había conocido las tres ciudades de los puros, pero hacía tiempo que no había vuelto por allí. Se había establecido en la Ciudad de los Lagos cuando esta era poco más que un conglomerado de casas y factorías. Los avisó de que la ciudad estaba regida por dos señores más, Asc, el sufón, los aventajaba a él y al tercer señor en hombres y riquezas. Un sufón, decía el viejo, que no dudaba en estrangular o en dejar a pagar deudas si el otro no era lo bastante poderoso como para reclamárselas.
    De los lagos dijo que eran una tierra virgen. Nadie había sido capaz de establecerse en las lejanas islas centrales. Enfermedades y leyendas rodeaban la desaparición de quienes lo habían intentado. Se hablaba de muchos desparecidos. Tripulaciones enteras y familias, de las que quedaban sus cabañas derrumbadas, escondidas en la casi permanente niebla y la densa vegetación.
    El Alma Blanca era el centro de aquellas aguas, el centro de los lagos, una superficie enorme donde no se distinguía la línea tortuosa de las riberas.
    —Explica una leyenda sufona que allí, las aguas son tan profundas que se comunican a través de túneles eternos con los mares. Se dice que abajo, muy abajo, habitan los primeros sircads, que ningún ser de nuestra tierra puede herir. Dice la leyenda que esas fosas abisales son el hogar de algún tipo de cíclopes marinos, un tipo de bestias gigantes, capaces de engullir y arrastrar hasta la más absoluta oscuridad una gran barca de pesca. Yo os puedo decir que cerca de allí he visto tiburones azules como el cielo y espricones largos como cinco hombres. Todo un mundo, todo un mundo…
    Creo, y debéis recordarlo, que los lagos son las aguas de todos pero también son aguas de corsarios, y sí, nadie sabe bien qué hay en el Alma Blanca, ni qué hay en sus entrañas, muy abajo, donde no llega el calor del sol. No son aquellas buenas aguas para navegar.
    El viejo patricio se calló de repente, haciendo una mueca extraña, como el que recuerda un mal pasaje del pasado. Se levantó y antes de marcharse los citó en la taberna de las Dos Anclas, a la mañana siguiente.
    Serlan y Sara volvieron a su nuevo hogar. Pasaron la tarde acondicionándola y sacando polvo. Antes que llegara la noche, cuando las cosas guardan silencio. Se abrigaron y salieron a pasear. El conde no sabía cocinar, así que tras lavar las dos truchas y la carpa que habían pescado en el lago, dejó que Sara las hiciera en el rudimentario horno de arcilla, mientras él la observaba, bebiendo breves sorbos de vino.
    Aquella noche, los dos sufrieron pesadillas. Algo los hundía en un remolino del que no podía salir, hacia el fondo de las aguas del lago, hasta el negro absoluto.»

  6. #6
    Habitual en el foro Avatar de Igor
    Fecha de ingreso
    19 may, 12
    Ubicación
    Barcelona
    Mensajes
    93

    Predeterminado Re: Antigua Vamurta - Saga Completa

    Pues así, y, tras leer esta pequeña noticia, eres el segundo sorprendido/a. Unos tipos han montado una empresa en la zona alegal de la red que se dedica a crear y difundir audiolibros gratis de un montón de autores, teles, radios, programas, etc. La empresa se llama ivoox. Cualquier cosa que genere tráfico, supongo, y sus correspondientes ingresos publicidad mediante. Unos anuncios del BBVA, de Habitaclia o de Ford que no os podéis saltar en este mundo gratuito de Internet.
    Ente los miles de audios está la historia de fantasía épica de Vamurta completa, dividida en 18 audios, narrada a una sola voz por una máquina con acento de Barcelona, me pareció, lo que no deja de resultar un tanto irónico. Una voz monótona y robótica. ¿No se podrían haber gastado la pasta y hacer algo un poco bien? Con sonido ambiente, bien leído, con voces distintas para los distintos personajes y el narrador. Y las pausas. Un relato sin pausas no es más que una cacofonía similar, en variedad de ritomos, a la monótona musicalidad de una fotocopiadora. No, todo barato, ¡es el tráfico lo que importa!

    Y todo muy cómodo para los smartphones y sistema similares gracias a las “apps para dispositivos iOS y Android”, lo que quiere decir algo de suma importancia, aunque yo no lo entienda. Pues nada, si alguien, por alguna razón esotérica, le interesa escucharlo os dejo el enlace: http://www.ivoox.com/vamurta_sb.html?sb=vamurta

  7. #7
    Habitual en el foro Avatar de Igor
    Fecha de ingreso
    19 may, 12
    Ubicación
    Barcelona
    Mensajes
    93

    Predeterminado Re: Antigua Vamurta - Saga Completa

    Un breve apunte para comentar que ha salido una concisa crítica a la saga de fantasía épica Antigua Vamurta, de Igor Kutuzov, que como bien sabéis es el seudónimo que vengo utilizando, lo que ya es en sí una buena noticia.
    Supe de ella por el portal Good Reads, (Goodreads - AV), donde los lectores reseñan, comentan y puntúan los libros que han leído. Desde aquí os animo a que puntuéis el libro en Good Reads, Amazon u otras plataformas de ebooks.

    La crítica a la literatura fantástica de Vamurta se puede leer en el blog de Libros de Olethros (Leer Crítica). Desde aquí agradecerle al señor Olethros, que creo es un viajante de la historia y en particular de la historia militar, además de un fino crítico literario, haber transitado y escrito sobre el mundo de Vamurta.

    «Fantasía más “medieval” que estrictamente “fantástica” (al menos durante buena parte de la trama), con ecos “históricos” en su forma de narrar y en lo narrado propiamente», sostiene Olethros. En algunas críticas me dan buenas ideas y motivos para leer. Por ejemplo, en la presente, se afirma que Antigua Vamurta tiene momentos homéricos, algo que puedo corroborar, y remite a la saga de fantasía de Las Monarquías de Dios, una saga que no he leído pero que seguro leeré después de leer esta referencia y porque dicha colección de historias está muy bien valorada en los círculos de lo fantástico y ciencia ficción. En fin, la crítica es concisa y señala con sinceridad lo que le ha gustado y lo que no, algo que siempre resulta constructivo.

Temas similares

  1. Respuestas: 381
    Último mensaje: 13/01/2015, 10:09
  2. Antigua Vamurta
    Por Igor en el foro Nuevos talentos
    Respuestas: 37
    Último mensaje: 14/03/2013, 12:22
  3. Sobre la antigua página de epubs gratis
    Por gavin8822 en el foro Foro general
    Respuestas: 2
    Último mensaje: 26/12/2012, 18:32
  4. Se vende carcasa completa de PRS-505
    Por pivirgil en el foro Compra-Venta
    Respuestas: 2
    Último mensaje: 21/04/2011, 08:22
  5. No se ve la página completa
    Por ISABEL en el foro Foro general
    Respuestas: 2
    Último mensaje: 11/01/2011, 22:18

Permisos de publicación

  • No puedes crear nuevos temas
  • No puedes responder temas
  • No puedes subir archivos adjuntos
  • No puedes editar tus mensajes
  •